Para los seres humanos es tan importante cómo nos sentimos, de seguro que a todos nos ha pasado que cuando nos sentimos mal, no queremos avanzar mas, queremos dejar todo botado, renunciar a muchas cosas y eso es por no saber controlar nuestras emociones.
Es tan fácil decir que no servimos a Dios por emoción, pero cuando un momento de depresión ataca tu vida muchas veces no sabes a donde acudir, hay ocasiones en donde la oración no constituye un remedio inmediato para la misma y es ahi cuando uno no sabe que hacer.
He descubierto en mi experiencia que estas son sólo etapas, que a veces toman sólo minutos o unas horas, que si bien es cierto no son las mas agradables por las cuales tenemos que atravezar son necesarias en nuesra vida para nuestro crecimiento.
Echémosle un vistazo a los salmos de David y vean el clamor en medio de las angustias y de las guerras. Miremos un poco detrás de las palabras de este salmo tan conocido y mira la situación en la que se encontraba David.
Salmo 23
1Jehová es mi pastor; nada me faltará.
2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
3 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Eran momentos difíciles en la vida de David, rodeado de enemigos, con necesidad y solamente la esperanza y la fe en Dios era lo que fortalecía su corazón.
Abraham, tuvo que pasar 3 días por el desierto para ir a sacrificar a Isaac, creo que no existe posiblemente un peor lugar para esperar una respuesta de Dios que ese. Pero había algo que sólo el desierto le podía mostrar a Abraham y era un cielo lleno de estrellas.
Génesis 15:5 Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.
Seguramente el ánimo de Abraham se levantaba al ver el cielo durante las primeras horas de viaje, pero su ánimo iba en decadencia cada minuto que pasaba, pero es ahi donde el verdadero siervo de Dios mantiene firme su corazón y convicción.
El apóstol Pablo seguramente lloró y se sintió mal muchas veces, pero jamás declinaba su fe y convicción a pesar de lo mal que podía sentirse.
Debemos conocer que no es como nos sintamos, sino las promesas que arraiguemos en nuestro corazón. está bien que a veces te sientas un poco mal, sabiendo que eso es temporal, habrá ocasiones en las que tendrás que llorar y otras tantas en las que no pararás de reir, pero en medio de cada una de ellas, alza tu mirada al cielo que tu respuesta está en las estrellas.
