Cuando ocurrió, no me di cuenta en que momento dejé de experimentar esa emoción por vivir un día mas, por adentrarme mas en la incógnita y sorpresiva que puede ser la vida, ahora es sólo un día mas, una semana mas, sólo espero que sea viernes o fin de mes o quizás navidad o alguna fiesta que me permita hacer cosas diferentes a las habituales y salir un poco de este tan estresante y rutinario diario vivir.
No se si a ti te ha pasado pero a mi si… que he estado en esos momentos de la vida donde te sientes desenfocado, sin dirección clara a dónde acudir, pero mas curioso me resulta ver que esto le pasa a los jóvenes de este tiempo, a quienes tienen un futuro prometedor por delante, que aun no han vivido nada pero es como que el mundo se les ha acabado.
Son horas perdidas en Facebook o Twitter tratando de encontrar algo que les ayude a seguir, incluso muchos buscan palabra de Dios entre las publicaciones de alguna página e inmediatamente ponen cosas como:
Si Señor, lo Creo!
Y no porque el mensaje esté mal, sino que hemos perdido esa intimidad que necesitamos cuando doblamos rodillas delante del Señor a solas en nuestra habitación.
Es cierto, creo que Dios puede usar Facebook, Twitter y cualquier otra cosa para actuar, pero porque nosotros cambiamos la intimidad con algo mas sencillo como las redes sociales y la web.
Es entonces cuando tu corazón deja de anhelar su presencia y ahora busca lo fácil, una palabra, un versículo, un video que haga estremecer tus emociones al menos una vez y te puedas sentir “bendecido” aunque sea por unos momentos.
Busca un hombre que le haya servido a Dios y que no haya tenido que sufrir y llorar y que sus bendiciones hayan fluido solamente a través de Facebook y jamás lo encontrarás, crees tu que sentado frente a la computadora leyendo este artículos conquistarás esos deseos que queman tu corazón, que empujan tu alama a seguir adelante, todo aquellos que has soñado desde hace tanto tiempo.
Pues si, termina de leer este artículo si lo deseas, pero párate y ve en busca de aquello que el Señor ha depositado en tu alma y que te llevará entre victorias y caidas a cumplir tu propósito en esta vida.
Sigue soñando, nunca dejes de hacerlo, pero concéntrate en soñar una hora al día y luego trabaja 8, 10, 12 horas por alcanzar esos sueños.
Dedícate a hora una o dos horas al día y a trabajar 16 horas si es necesario para que lo pediste de rodillas no caiga del cielo sino que nazca de tus manos, germine en tierra y de fruto a su tiempo.
La semilla de tus sueños está en tu corazón, siémbrala de rodillas en el cielo y Dios se encargará de germinarla en tierra para que de sus frutos.
ME ENCANTO ESTE BLOG … ES HERMOSO