Para variar, yo aquí metiéndome en temas polémicos…
Hoy en la mañana en mi momento de oración le pedí perdón a Dios por confiar demasiado en Él.
Espera, sigue leyendo para que me entiendas mejor…
Es que realmente los cristianos muchas veces usamos a Dios como excusa para justificar nuestros errores y finalmente le terminamos hechando la culpa a Él de todo lo que nos sucede.
-Nos despiden de nuestro empleo y decimos “Dios sabe porqué hace las cosas”
Es decir, no es que fuimos irresponsables, no es que llegaábamos tarde, no es que fuimos pocos profesionales, no, fue “La voluntad de Dios porque me está preparando para cosas mayores”
Si, yo se que suena bonito, pero en mas del 90% de las situaciones que vivimos a diario son provocadas por nosotros mismos, Dios NO nos trata como marionetas o carritos a control remoto, de lo contrario fueramos perfectos.
– Un negocio salió mal y decimos “Lo que el enemigo me quitó Dios me lo devolverá con creces”
Es decir, no fue que nosotros escogimos un mal socio, o nos metimos en un negocio poco transparente, o que talvez no oramos lo suficiente para poder discernir la oportunidad, no… es culpa del diablo y le hechamos la responsabilidad a Dios, ahora es Dios el que debe de preocuparse de devolvernos todo el dinero que por nuestra imprudencia perdimos
-Mi matrimonio se está resquebrajando o ya se terminó y decimos “Son cosas que Dios hace que nosotros no entendemos”
Nuevamente, a hecharle la culpa a Dios, es decir, no fuiste tu al que “le faltó romanticismo, amor, ternura, detalles, tiempo de calidad” no, es Dios que obra de maneras que no podemos entender
Realmente creo que Dios y el diablo deben estar molestos con nosotros porque los hacemos responsables de todas nuestras tonterías.
Así que hoy te invito a que dejes de confiar en Dios y que empieces confiar en la sabiduría e inteligencia que Dios te dio(Efesios 1:17)
A que aprendamos a asumir con responsabilidad y madurez nuestras decisiones.
Para después si rendirnos ante su presencia y agradecer la salida a aquella situación que Dios nos proveerá, a saber tomar la decisión correcta en el momento adecuado.
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